domingo, 27 de febrero de 2011

LA VIOLENCIA CREA VIOLENCIA, PERO TAMBIÉN INSENSIBILIDAD

En el mundo actual nos bombardean con anuncios, ofertas, informaciones, modas y distracciones desde las pantallas televisivas y el cine, desde las páginas de las revistas, y desde Internet. Para impactarnos, para despertarnos de nuestro sueño colectivo, los medios de comunicación recurren a estímulos cada vez más fuertes y provocadores. La violencia figura entre ellos, la cual es muy eficaz a la hora de captar la atención; pero, como cualquier estímulo, pierde sus efectos con la repetición.


Una escena violenta que de por si nos debería causar un gran impacto, muchas veces nos deja 'con ganas de más'. No que queramos más actos violentos sino que nuestro umbral está tan alto que 'necesitamos' una violencia más agresiva para sentir realmente un impacto sobre nosotros.

La violencia ya se ha convertido en una parte más de nuestro día a día, sin ser conscientes del todo que esa exposición está haciendo mella en nosotr@s. Esa exposición no nos hace invulnerables sino todo lo contrario.

Seguimos siendo igual de vulnerables o más, ya que no llegamos a clasificar de una manera correcta esos actos de violencia que nos muestran. La clasificación que hacemos puede llegar a ser errónea poniendo en categorías muy bajas un acto violento que debería ponernos los pelos de punta. Entonces, si no ponemos en categorías correctas la violencia que vemos, ¿realmente estamos seguros afrontando este tipo de interacción? ¿seremos capaces de movilizar los recursos necesarios para hacer frente a la situación? ¿o simplemente vivimos en un letargo del que no queremos salir por miedo real a enfrentarnos al mundo violento que nos rodea?


Todo esto no significa que actualmente haya más violencia sino que somos más próximos a distintos tipos que antes no conocíamos. Esto lo podemos achacara a la globalización la cual tiene sus pros y sus contras. Una contra podría ser que estamos más próximos a actos violentos que antes ni se nos pasaban por la cabeza. Esos actos crueles y despiadados que inundan nuestro día de mañana a noche, los vamos incorporando a nuestro bagaje y va poniendo su semillita para engendrar un monstruo en nosotros.

Todos somos responsables de manera directa o indirecta de engendrar violencia. Debemos ser conscientes del enorme papel que jugamos en el mundo, no estamos solos, todos convivimos y todos podemos aportar nuestro granito de arena para mejorar las cosa. Cualquier acto de violencia nos mata un poco por dentro a todos...

Si afortunadamente aún eres sensible a la violencia, no veas el siguiente vídeo (Amnistía Internacional)


Tal vez, viendo el lado 'positivo' podemos decir que somos más insensibles a la violencia pero nos hemos vuelto sensibles ante la sonrisa o la lágrima de un niño, ante una escena de amor, ante un gesto amable,... Esta sensibilidad puede ser el contrapunto a tanta violencia y nos permite hacer del mundo, un lugar mejor para mantener todas estas cosas buenas que empezamos a apreciar. Parece inaudito pero estamos más expuestos a una bofetada que a una sonrisa...

No lo permitamos, apreciemos una sonrisa antes que un golpe


¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!! Con una sonrisa

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lunes, 21 de febrero de 2011

¿LA SOCIEDAD SOMOS TODOS O TODOS SOMOS SOCIEDAD?

En definitiva, la respuesta a esta pregunta nos puede llevar a pensar en el todo que formamos unos con los otros. Estamos en un engranaje que no para y al cual debemos adaptarnos si no queremos quedar fuera. Las normas, las limitaciones, los privilegios, los consensos sociales,... van marcando nuestro camino sin ser del todo conscientes.


Nos debemos a las normas y nos debemos a aquello que socialmente está bien visto. En sí, nos debemos al Civismo. Este término se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social que nos permiten convivir en colectividad. Se basa en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural y los objetos públicos; buena educación, urbanidad y cortesía. Se puede entender como la capacidad de saber vivir en sociedad respetando y teniendo consideración al resto de individuos que componen la sociedad siguiendo unas normas conductuales y de educación que varían según la cultura del colectivo en cuestión.

Pero llegados a un punto, ¿puede el civismo chocar con el carácter individualista y egocéntrico que tenemos los seres humanos? ¿somos capaces de ver más allá de nuestros pies?

Pensamos que con nuestros actos no modificamos la sociedad y que una simple persona no tiene el poder suficiente para hacerlo. Pero hay que decir que los pequeños actos son los que conforman nuestra vida y van marcando nuestro camino y el de la sociedad. Tal vez no se pueda conseguir una sociedad completamente justa pero si aproximarnos a unos parámetros similares. Si decidimos no actuar porque los otros no lo hacen, entonces seremos iguales todos, llevando con nosotr@s una pasividad imperiosa.

No debemos ser parte del problema, debemos intentar ser parte de la solución. Ser conscientes que tod@s tenemos una responsabilidad social, que lo que hacemos, afecta a los demás, de manera positiva o negativa. Nuestros actos forman parte de la sociedad y si nos dejamos llevar por el egoísmo, seguiremos siendo un escalón más en el problema.

Las soluciones pasan por tod@s y cadaun@ de nosotr@s, tenemos más poder de lo que pensamos, un simple gesto de amabilidad puede alegrarle el día a alguien. Pero también un mal gesto es capaz de hundir a otr@.

No seamos un 'problema', formemos parte de la solución. 


¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!!
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sábado, 12 de febrero de 2011

MOMENTO INSIGHT

Insight es un término inglés que significa literalmente 'destello de la conciencia' y se usa particularmente en psicología para designar la comprensión intuitiva de algo. Mediante un insight el sujeto 'capta' e 'internaliza' una verdad revelada que trasciende su propio estado de conciencia, su propio ser. 

Puede ocurrir inesperadamente, después de un trabajo profundo o por alguna experiencia relevante. Esto lleva a cambios radicales en la conducta de los sujetos, ya que afecta no sólo la conciencia de sí mismo sino de su relación con respecto a la conciencia universal, donde el todo es más que la suma de las partes.


Los bloqueos están presentes en todos, y a lo largo de nuestras vidas vivimos diversas situaciones que nos dejan en un impasse. No sabemos que hacer o hacía donde ir. En muchos casos un punto determinante es cuando nos sucede algo que en un segundo nos cambia. No sabemos a ciencia cierta como nos cambia pero lo que si sabemos es que algo ha pasado.

Ese algo nos puede hacer ver las cosas de manera distinta, nos puede trastocar planes que teníamos definidos, e incluso nos deja en un estado de vulnerabilidad inesperado. No somos del todo conscientes que nuestra mirada ha cambiado, que las prioridades pueden ser otras y tal vez, llegamos a apreciar de una manera verdadera aquello que tenemos. 

El pasado se queda atrás, las malas experiencias desaparecen, dejando siempre un poso a tener en cuenta en el futuro. No se vive del pasado, ni tampoco del futuro, simplemente se vislumbra un presente hasta ahora desconocido. Disfrutar de las pequeñas cosas, dejando atrás los prejuicios y las malas caras, sentir emoción con cada paso que se da, sonreír al menor rayo de luz y ver, sin niebla, un panorama maravilloso.  

La rabia, la culpa, el enfado, la ira y la decepción se mezclan con un positivismo envidiable, una felicidad desbordante y una mirada limpia. Toda esta mezcla crea confusión, sin perder de vista todo lo que se ha vivido hasta ese momento. El simple hecho de caminar se convierte en un sin fin de sentimientos desbordantes que dejan a la vista lo vulnerable que puede llegar a ser uno.

Un segundo, tan sólo un segundo es lo que hace falta para desencadenar este insight que nos puede aportar una clara conciencia, comprensión y sentimiento en lo más profundo del ser respecto al significado de las conductas personales, y gracias al cual pueden darse las modificaciones positivas de la personalidad.

Esa luz que necesitamos nos puede llegar en cualquier momento, incluso en los peores. Esa luz que indirectamente hemos creado sin ser conscientes. Esa luz que a partir de ese momento luchará por ver y dejar ver nuestra realidad.


¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!!

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jueves, 10 de febrero de 2011

LA INTERACCIÓN DE LOS NIÑOS ACTUALES

Os voy a contar algo que he visto hoy y me ha resultado curioso. 


Estando por la calle me he encontrado con un niño de unos 4-5 años (no tendría más) el cual, como cualquier niño, estaba trasteando no muy lejos de su madre. Subía y bajaba escaleras, saltaba, buscaba complicidad con la gente adulta de su alrededor,... vamos lo que hacen los niños. En ese preciso instante apareció otra mujer con su hijo que al parece es compañero de 'cole' del primer niño. Ha sido entonces cuando su pauta de actuación se ha visto truncada por un objeto: una consola portátil. 

Si, efectivamente, ha sido una fracción de segundo en la que el niño ha caído poseído por la fuerza sobrehumana de este artilugio, siendo el niño hipnotizado a su merced. El simple hecho de haberle enseñado la consola ha llevado al niño a cesar sus aventurillas para adentrarse en el mundo virtual. 


Entonces los dos se han sentado juntos en un pequeño escalón metidos 'en una burbuja' donde nada ni nadie importaba, solo la videoconsola. Sus caras de felicidad lo decían todo: habían encontrado la panacea para divertirse un rato. En ese momento me he preguntado, ¿que clase de interacción siguen los niños de hoy en día entre ellos?

Recuerdo mis tiempos 'mozos' donde una videoconsola era un juguete más con el que jugar, no era el centro de nuestras vidas. El salir a la calle, jugar, ser gamberros (pero inocentemente), estar con los iguales para divertirse,... todo eso ha ido cambiando a lo largo de los años. 

Las pautas para relacionarse entre los niños han cambiado, su dominio de las nuevas tecnologías es un aspecto a resaltar viendo como en unos minutos aciertan a usar un aparato que a nosotros nos habría costado mil años. Sus gustos y preferencias han cambiado y se han adaptado a los nuevos tiempos. Quienes parece que no nos adaptamos somos los adultos que vemos en estos comportamientos aspectos extraños. 

De la pantalla de TV a los videojuegos, de los videojuegos al PC, del PC a Internet, los niños exploran todos los formatos y abren su mente a todas las formas de comunicación y manejo de alternativas en la búsqueda de soluciones para resolver sus enigmas.


El gran desafío al que nos enfrentamos los profesionales junto con la sociedad es cómo conectar este mundo de tecnología y la educación para convertir este proceso en un aprendizaje positivo.

Sin duda, los niños saben muchas más cosas de las que un adulto de hoy sabía a esa edad. Es más, probablemente sepan más sobre tecnologías que la mayor parte de los adultos actuales. El problema puede estar en el fácil acceso y rápido uso de las nuevas tecnologías lo que no da tiempo al desarrollo del criterio de selección.

Hay que tener en cuenta en los tiempos que vivimos, ser conscientes que los niños han cambiado, su entorno ha cambiado y lo único que han hecho es adaptarse a él. Hemos de ser consciente que debemos guiar su camino para que no se convierta el mundo tecnológico en el único para vivir la vida. Hay mucha cosas buenas más allá de una pantalla y debemos dejar que lo exploren. Claro que la tecnología ha de estar presente, es algo inevitable, pero dejar el camino abierto a que su curiosidad investigue un amplio abanico de experiencias muy ricas en conocimientos. 

¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!! 
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jueves, 3 de febrero de 2011

EL ROL DEL PROFESIONAL

¿Ser psicólogo es ejercer el oficio de la psicología? En sí, es la primera idea que se nos puede venir a tod@s a la cabeza. Pero, ¿hay algo más?

En la concepción que tiene la gente de lo que es un psicólogo prevalece la idea de que hemos de ser fríos para afrontar las situaciones a las que nos vamos a encontrar en terapia. Tal vez se confunda el ser profesional con ser frío.

Un psicólogo es un ser humano más, una persona, y como tal se puede sentir afectado por las historias que ha de escuchar. Señoras y señores, no somos de piedra, también sentimos, e incluso, si nos pinchan, sangramos... de verdad lo digo... 


Tod@s tenemos problemas en nuestras vidas y a todos nos viene bien hablar de ellos, ya sea con un/a profesional o con un/a amigo/a. Los problemas ajenos nos influyen, al tiempo que los nuestros pueden afectar a los que tenemos alrededor. Somos seres sociales que se nutren de experiencias propias y ajenas, alimentando nuestro bagaje personal. Estas son las que nos forman para afrontar la vida, quedándonos con aquello útil y desechando lo inútil (que suele ser mucho, por desgracia).

Un buen profesional debe saber donde empieza y donde acaba su aspecto personal. Llegado el momento de tener a una persona enfrente que requiere nuestra visión como profesional, debemos saber que en ese preciso instante no somos los problemas que tenemos, somos la escucha activa que espera la persona.

Hay que saber nuestro papel en cada situación, y en la situación de terapia, nuestros problemas no tienen cabida. De puertas a fuera, somos nosotros mismos, de puertas a dentro, somos profesionales. 

No se trata de fingir, ni de ser lo que no somos, creo que nunca debemos perder nuestra manera de ser y, en cierta manera, nuestra espontaneidad como persona: hay que ser, sin ser.

Un buen profesional sabe dejar fuera sus problema, poner toda su energía y potencial con el objetivo de intentar ayudar a la otra persona e integrarlo en su vida. El buen profesional muestra su ser más natural, empatico y autentico dejando entre ver su esencia pero nunca sus problemas. Un buen profesional debe estar preparado y abierto para ayudar a la persona que tiene delante, no para que esa persona le ayude a él con sus problemas. El buen profesional se implica, no es superficial ni crea una falsa apariencia sobre lo que es, simplemente muestra aquello bueno que puede ayudar. Y así podría escribir muchas líneas más,...

En definitiva, si, el psicólogo es el que ejerce el oficio de la Psicología, pero detrás hay una persona, que sufre y ríe como todo el mundo. No somos fríos, no somos calculadores y mucho menos somos manipuladores, somos lo que somos sin ser todo aquello que no debe estar en terapia.

¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!!

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