jueves, 7 de julio de 2011

RASGOS DE PERSONALIDAD (2ª Parte): COMPETITIVIDAD

Compararse con los demás, querer ser el mejor, procurar superar al de al lado, conocer las propias capacidades e intentar mejorarlas para ser el "NUMBER ONE".

En muchas ocasiones hemos escuchado la frase "no le gusta ni perder al parchís", aludiendo a una persona que quiere ganar siempre en cualquier tipo de competición (por pequeña que sea). El sentido de la competición actualmente está presente en la mayoría de las personas. Tod@s queremos tener éxito y competimos a toda costa para conseguirlo. Pero esta "lucha" no siempre es limpia, y a veces nos lleva a utilizar métodos poco ortodoxos para conseguir el éxito. 


Tal vez por cosas así, la competitividad es considerada en muchas ocasiones como un rasgo negativo de la personalidad. Una persona que quiere ganar siempre parece estar mal vista por gran parte de la sociedad ya que se considera que competir es pasar por encima de los demás. 

Pero todo esto no es solamente "culpa" de una persona, sino de toda la sociedad ya que parece que de manera innata nos hubieran preparado para una vida llena de competición, en la que si no luchas no ganas y si no ganas no eres nadie (ej. las notas en el cole, mantener un trabajo,...).

A pesar de esta imagen tan negativa que se tiene de la competitividad, hay que decir que tiene algunos aspectos positivos y beneficiosos para uno mismo e incluso para el conjunto de la sociedad. Vamos a desgranar un poco estos elementos positivos:
  • Competir no es pisar al contrario sino superarlo con nuestros propios métodos y haciéndolo mejor que él.
  • La propia competitividad desarrolla la creatividad para ser el mejor entre tod@s (entonces deja de ser una opción para ser una obligación).
  • Desarrolla un gran número de aspectos de la propia persona (el liderazgo, capacidad de razonar, menos envidia,...).
  • El superarse ayuda a sentirse autorrealizado aportando un bienestar personal.
  • Cuando somos competitivos nos desarrollamos y evolucionamos constantemente. Y esa evolución hace que nuestra autoestima esté más alta que nunca. 

En definitiva, como todo, ser competitivo en su justa medida es beneficioso y nos puede ayudar a ser mejor, tal vez no el/la mejor, pero si estar en la élite. 

Es aconsejable entrenar la competitividad en unos mismo para no estancarse y aspirar a más (conociendo siempre nuestras limitaciones). Eso hace que saquemos lo mejor de nosotros haciendo de nuestro esfuerzo el arma más fuerte contra la ineptitud. 

Eso sí, hay que tener claro que en toda competición unos han de perder para que otros puedan ganar, y no siempre podemos estar en el lado ganador. Debemos saber perder para aprender a ganar.

¡¡¡¡¡¡ Nos vemos en la locura !!!!!! A ver quién llega antes... ;)

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